Homenaje a mi padre Dr. Fernando Bravo Escobar
Un hombre superior, artista, interesado en múltiples aspectos del saber, un verdadero renacentista fue mi padre, el Profesor Dr. Fernando Bravo Escobar. De actividades multifacetarias, destacó en todas. Fue médico, profesor, investigador, agricultor, rotario, pintor, escultor, político, sismólogo, arqueólogo, escritor y poeta, además de ser un gran padre de familia. Además de esto y por sobre todas las cosas fue una persona optimista, amistosa, carismática, alegre que gozaba de la vida y la disfrutaba con nobleza.
Su espíritu de servicio lo llevó a dedicarse una vida entera al Rotary Club, donde destacó por su talento, capacidad organizativa y compañerismo. Alcanzó los más altos cargos y dignidades nacionales: Gobernador del Distrito y Director de la Oficina Central de los Distritos del Rotary Internacional de Chile. Era un convencido del ideal de los rotarios, el de servir. Tenía gran elocuencia oratoria, la que le sirvió para sus múltiples discursos y en especial para su tema favorito: las Relaciones Humanas. Tal vez su mayor legado al respecto fue su Decálogo referente al obrero, empleado y patrón, que fue muy bien recibido. En realidad en el escribió lo que eran sus normas de conducta, en cuanto a la dignificación del trabajo, la responsabilidad, ecuanimidad, justicia, comprensión y cordialidad. Alguien comentó que ” la profundidad de éstas ideas y sentimientos, el estilo directo y claro y la vigencia universal y diaria de este Decálogo, hace innecesarios mayores comentarios, excepto destacar que fue el fruto de su intelecto y de su gran imaginación de la que siempre hizo gala.” Realmente este Decálogo es tan vigente hoy como lo fue al escribirlo hace cuarenta años. Vea el Decálogo al fin de ésta exposición.
Yo siempre recuerdo escucharle la famosa frase rotaria: “Se beneficia más el que mejor sirve”, que nos repetía desde que nosotros éramos chicos. A su muerte en 1968, sus compañeros rotarios, médicos y amigos escribieron algunas de las frases que reproduzco aquí. ” Practicaba el servicio a la comunidad en todos los actos de su existencia. Cada discurso de él era una lección; sus compañeros le reconocían su condición de maestro para todas las edades”.
Un amigo recordaba que cada vez que llegaba a una sesión rotaria “Su sonrisa franca, su saludo afectuoso con su mano cordial, sus ojos iluminados, traducían siempre su felicidad de vivir”. En uno de sus discursos en Rotary Internacional “pronunció un discurso que enterneció al auditorio, tanto por sus elevados conceptos como por su forma, de una sencillez tan elegante. Dijo: ”Porque el mundo puede ofrecer la felicidad. Pero que la infelicidad no la fabrique el hombre. Que deje que el sol caliente y los árboles den su sombra. Que no impidan que haya bocas que saboreen sus frutos ni almas que gocen de su belleza. Que dejen que los niños rían y que jamás lloren por pan”.
Entre sus poemas esta el “Puente de cimbra”, aquí cito algunas estrofas:
Puente de Cimbra *
Es que sólo tú viejo carretero,
sabes por qué yo
con pena, me alejé un día.
Tú sabes que quise al río,
y quise al cerro,
y quise sus mañanas frías.
Que quise todo.
El agua y la tierra.
La nube y el cielo.
La madre y el niño.
El viejo y la viejita.
El boldo y la patagua.
Como el caballo y el perro.
Quise el atardecer de la quebrada
y la luz de la montaña.
Quise al viento y a la luna.
Y a ella.
Pero no quise a la noche,
A la que tiene el alma negra
y no sabe de estrellas.
Por eso me he ido.
Y en una noche negra,
como ninguna,
como el viento y el río.
Seguramente este título fue inspirado por el “Puente de Cimbra” que en esa época existía sobre el Río Rari, cercano a Panimávida.
Como médico además de un excelente criterio clínico, gran bondad y abnegación, llegó a ser profesor de Hidrología y Climatología de la Universidad de Chile. Fue miembro correspondiente de las Sociedades de Hidrología de Paris y Londres.
Su vida de médico general en las Termas de Panimávida fue un ejemplo de dedicación, en especial para los pobres, asociado a un gran espíritu investigativo que lo llevó a ser la persona con mayores conocimientos de las curas termales. Como investigador hizo importantes estudios de la acción de las aguas termales en animales de experimentación, los que presentó en Congresos Médicos Europeos, lo que le valió incluso una condecoración.
El Rey Pedro II de Yugoslavia, lo condecoró con la Orden de la Corona Real, durante su participación en el XV Congreso de Hidrología, Climatología y Geología, en la ciudad de Belgrado, en Septiembre de 1936.
El Dr. Fernando Valenzuela fue su ayudante en Las Termas de Panimávida en 1946 y 1947 y ambos fueron de lo primeros en estudiar a los enfermos reumáticos. Más adelante fueron, entre otros, los socios fundadores de la Sociedad Chilena de Reumatología. En un homenaje a su memoria, efectuado en Panimávida, por la Sociedad de Reumatología en 1986, Valenzuela dijo: “los pacientes mejoraban en Panimávida con el tratamiento global, que incluía el aspecto psíquico, mecánico y funcional de la enfermedad. Era una medicina seria en que la climatoterapia, crenoterapia y fisioterapia era supervigilada por un médico internista ilustrado y experto en el campo de su especialidad. El Dr. Bravo la había adquirido en sus lecturas, en sus viajes a los más importantes centros termales de Alemania, Francia e Inglaterra, en la observación, registro y seguimiento cuidadoso de sus enfermos y en su constante estudio”.
Fue autor de la reglamentación chilena sobre aguas termales, escribió varios libros al respecto (ver referencias). Era muy querido por la gente de la comunidad que veían en el un padre, un amigo, un consejero, una persona bondadosa con deseos de servir sin desmayo, a quien fuera y en especial a los desamparados. Su título de Director de las Termas de Panimávida, no era impedimento para su labor altruista, sino que le permitía ayudar más a sus empleados y obreros.
Era un apasionado de la buena lectura y la música y de entre sus autores preferidos figuraba Unamuno de quien hacía frecuentes referencias.
Se interesó por la arqueología y deambulaba por los cerros y campos en busca de puntas de flechas y restos de utensilios aborígenes. Esto lo practicó incluso en el Cañon del Colorado, en EE.UU., en uno de sus viajes a ese país. Con el tiempo llegó a tener su propio Museo Arqueológico, con interesantes piezas, muy bien catalogadas, que finalmente donó al Museo Nacional.
Tal vez su experiencia más interesante, fue en el terreno de la Sismología. Como tenía gran poder de observación, se dió cuenta que el flujo del agua de las fuentes termales en Panimávida aumentaba después de un temblor. Analizó esto con espíritu científico, obteniendo del Instituto Sismológico, la instalación de una estación sismológica en Panimávida. Diseñó un método para medir el caudal y la presión interna de la vertiente. Durante 16 años ininterrumpidos se midió el caudal de las aguas y las curvas mostraron un descenso paulatino y una subida brusca coincidente con el registro de un temblor de cierta intensidad. Con esto fue capaz de predecir algunos sismos. Este estudio fue publicado en los Anales de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y en varios países, incluyendo EE.UU. y Japón. Desgraciadamente este fenómeno parece ser particular a la Termas de Panimávida, por alguna falla especial del terreno, ya que no se ha podido reproducir en otras termas.
Tampoco fue ajeno a la política y para obtener ciertos adelantos en su comuna de las Termas fue que se presentó y fue elegido alcalde de Colbún, donde desarrolló una labor destacada.
Era un optimista que gozaba con las cosas simples de la naturaleza y de la vida. En el fundo San León en Nos donde vivió sus últimos años, ya jubilado, por problemas coronarios, se dedicó también a la agricultura. Mejoró las bodegas y amplió la viña. Organizó gallineros, un matadero de pollos y crianza de cerdos. Todo esto la hacía con gran dedicación y empleando las últimas técnicas. Incluso construyó un frigorífico para sacar mejor precio a sus frutas. Gozaba contemplando los árboles, las flores, los pastos, contemplaba los racimos de uva de su viña y todo esto lo hacía dichoso. Con su vena poética componía versos y escribía sobre la naturaleza. Además como era un excelente pintor y escultor dejó constancia de la belleza que percibía en sus múltiples cuadros y esculturas, por los que obtuvo premios en el Salón de Artes Plásticas de los Médicos.
DECALOGO
OBRERO — EMPLEADO— PATRON
Despierta con el espíritu, libre de odios, rencores y prejuicios:
ASI EL DIA TE SERA MAS GRATO
Dirígete al trabajo contento, porque solo así encontraras la satisfacción permanente de tu vida:
ASI INICIARAS LA JORNADA BIEN DISPUESTO
No olvides que el trabajo es servir. Lo que tu haces
sirve a alguien. La remuneración que recibes o das, no
debe preocupar tu atención durante el trabajo:
ASI, EL TERMINO DE LA JORNADA, VALORARA TU ESFUERZO
Reconoce la mayor capacidad que tengan los demás. Tu
también eres más capaz que otros y sabrás apreciarlo si te lo reconocen:
ASI SERAS ECUANIME
Posesiónate de la responsabilidad de tu puesto:
ASI DIGNIFICARAS TU PROPIO TRABAJO
No exijas lo que no se puede dar. La justicia que des, será la justicia que recibas. Con esto, se reconocerán tus derechos y se cumplirán los deberes de los demás:
ASI SERAS JUSTO
Recuerda que el trato amable, predispone a la simpatía mutua:
ASI HARAS CORDIALES LAS RELACIONES DEL TRABAJO
Ten siempre presente que el que trabaja contigo, jefe o
subalterno, es hombre como tú, con las mismas ansias
de vivir mejor. Aprecia sus problemas como si fueran los tuyos si estuvieras en su lugar:
ASI SERAS COMPRENSIVO
Respeta la ideología política o religiosa de los demás. No hagas valer las tuyas en el trabajo:
ASI SERAS TOLERANTE
Aspira siempre y prepararte para algo mejor, pero estés contento con lo que tienes:
ASI SERAS FELIZ
Dr. Fernando Bravo Escobar
Comité de Relaciones Humanas
Ex-Gobernador del Rotary Club de Chile
Director de la Oficina Central del Rotary. Santiago.