Este síndrome también llamado de “piernas nerviosas” es frecuente, especialmente en mujeres, cuya causa por lo general no es bien precisada. Es una sensación vaga, difícil de describir. La persona se queja de “intranquilidad en las piernas”, necesita moverlas. A veces se adquiere el hábito de hacer temblar las piernas, para relajarse. Esto puede inducir a error diagnóstico, al hacer pensar en temblor benigno e incluso Parkinson.
Se ve también en enfermos en diálisis, lo que indica que debe estar relacionado con alteraciones electrolíticas (sodio, potasio, etc.) y no es sólo un problema emocional.
Se le asocia también a la retención de líquido y se en personas que se les hinchan las manos y los pies con la inactividad, en buses o aviones o con el calor o al caminar despacio y con los brazos colgando.
En enfermos con un desbalance simpático-vagal (desbalance del sistema nerviosos autónomo) tienen retención de líquidos y mala circulación debido a Disautonomia. Esta condición es frecuente en personas con hiperlaxitud articular y son personas de presión baja, friolentas, que se marean y que se cansan fácilmente. A veces hay tendencia al desmayo.
Se ha visto que el ácido fólico bajo en la sangre, debido a carencia de ésta vitamina del complejo B en la dieta, predispone a “piernas intranquilas”. El dar tabletas con ácido fólico puede corregir a veces el problema.
La importancia del diagnóstico de esta condición radica en diferenciarla de otros problemas médicos más importantes y tranquilizar al enfermo. También ayuda el saber que es un problema real y no imaginario.
Se han ensayado tratamientos con ácido fólico, magnesio y zinc. Pueden ser beneficiosos los ejercicios de elongación. De persistir, es necesario estudiar los electrolitos sanguíneos, especialmente Na y K, pero también el Mg y el Zn.
DR. JAIME BRAVO SILVA
Reumatología-Osteoporosis
Revisado: 21 de Marzo del 2004